El día de hoy decidí presentarles un fragmento del libro “Fuera de la caja: galerías independientes en Baja California”, escrito por Carla Maldonado y un servidor, publicado en 2018. Muchas veces el público general no tiene acceso al libro, o no se ha dedicado a leerlo completo. Creo que mucha de la información que contiene merece una difusión mayor.
Pronto pondré el libro completo en formato PDF libre para descarga en este blog. Afortunadamente lo publicamos bajo una licencia Creative Commons, por lo que es legal compartirlo.
Posteriormente compartiré también algunos fragmentos de mi primer libro “Sombreros blancos: tres hackers programan un mundo mejor”, que creo que también se beneficiaría de lectores casuales.
La tríada negativa: ego, críticas y desvinculación
A lo largo del trabajo de campo realizado en este proceso conocimos el terreno artístico local. Conocimos a los galeristas, todos amigables e interesantes. Todos proactivos y ofreciéndonos el conocimiento que tienen para llevar a cabo esta investigación. Pero también observamos los aspectos negativos.
Para los galeristas es deseable crear vínculos con otros colegas. El trabajar en equipo exige un buen desempeño y un buen entendimiento entre ellos. Desgraciadamente esto no sucede tan bien. Las galerías investigadas en este libro fallan en tres aspectos principalmente: egocentrismo, críticas entre ellos y desvinculación entre artistas y galeristas.
Hubo intentos de unión encabezados por la galería ARMA, en Mexicali, pero no fue suficiente. Creemos que hace falta una mayor unión y no solamente entre galerías de la misma ciudad, sino intermunicipales. Que crezcan las redes, que se vinculen unos con otros. Es cierto que ya se realizan estas vinculaciones, pero son mínimas en comparación de su potencial alcance. Notamos que todos tienen la inquietud o el deseo de hacerlo, solamente falta realizarlo.
En el campo artístico existen muchas “verdades”, tantas como interacciones. No solo entre las galerías más grandes, también en todas las actividades vinculadas al arte. En las exposiciones colectivas, en el intercambio de exposiciones, en las inauguraciones, en los viajes internacionales, en las ferias de arte locales, nacionales o internacionales. Es cierto que la comunidad artística más o menos se conoce. Las páginas de Facebook permiten observar que están, de una u otra forma, conectados entre sí. Ahora solo falta comunicarse, proponer y crecer como una comunidad artística propositiva y única en el país.
¿Por qué no ocurren estas vinculaciones? Creemos que no hay una única causa que responda a esta cuestión. Pero, por lo que observamos, el ego de los artistas y de los galeristas es un obstáculo. Este sentimiento de superioridad activa o desactiva, con mayor o menor intensidad, aspectos de unión y convivencia en la comunidad artística de Baja California. Las peleas generadas por él, nublan el objetivo de las galerías que es el generar, difundir y promover el arte en la sociedad. Así, ya no se conciben como un gran equipo, no se comparten valores, se pierden los objetivos comunes y, como una mala estrategia, se vuelcan a las críticas entre sí y las desavenencias.
Fue fácil para nosotros observar esto desde fuera del campo artístico de Baja California. Pero la perspectiva es distinta para los que están directamente involucrados. Requiere un esfuerzo muy intenso para acallar el ego, aceptar y unirse. No es obligatorio, pero creemos que con la vinculación, las galerías independientes lograrían mucho más. Su fin, al no ser solamente mercantil sino social como productores de cultura y arte, permite que las personas conozcan, consuman y demanden más arte. Si los esfuerzos de cada galería se unieran, se llegaría aún más lejos. O no. Pero se intentará.
Creemos que es fundamental construir relaciones entre galerías independientes en Baja California. Cada uno de los galeristas entrevistados tiene ideas magníficas y plausibles para aportar a la comunidad. Es sorprendente el nivel de calidad y de creatividad que observamos en estos recintos de arte. Pero, al mismo tiempo, es frustrante ver que las galerías, prometedoras y con calidad, cierren.
Pocas son las que se mantienen más de cinco años en pie. Pensamos que cada una debe ser autoconsciente de sus capacidades, de sus habilidades y verse a sí mismos como parte de un todo. Con ello, responderán mejor a los retos futuros y podrán apoyarse entre sí cuando así se requiera. El fin de la unión entre galerías independientes es lograr una mejor difusión y consumo de arte. También, desarrollar en equipo al arte de Baja California impactando a la cultura y la sociedad.
Carla Maldonado y Miguel Lozano.